"Hay gente que se masturba hasta vaciarse. O reza, hasta disolver su identidad en ese puñado de palabras repetidas como una autohipnosis. Hay gente que va cerrando bares, embruteciendo su pobre organismo con distintos licores. O sale a cojer con frenesí. Hay quienes se someten sin ninguna defensa a la televisión hasta la más desolada trasnoche. O se asoman y contemplan en silencio cómo sueñan sus hijos, en el dormitorio a oscuras que huele a recién bañados, a dibujos de Disney, a sábanas limpias, a mañana. Y hay gente que ni así puede dormirse. La vida no es igual para todos".
FORN, Puras mentiras, Alfaguara, Bs.As., 2001, p. 31.